La familia varada en Brasil podrá volar, pero el destino es un misterio.

(1:20 hs) Pasaron casi 48 horas sin que nadie tuviera información sobre lo ocurrido con la familia argentina que había permanecido casi un mes en el aeropuerto de Río de Janeiro. El sábado temprano el cónsul Cristian Dellepiane recorrió la terminal Tom Jobim sin encontrar la matrimonio con las tres niñas. Indagó en la empresa estatal Infraero, que controla las instalaciones aeroportuarias de Brasil, si habían visto al grupo. Le informaron: "Desde el viernes al mediodía no los vimos más". Ayer al atardecer y en una comunicación telefónica con Clarín, Liliana Sava quebró el suspenso: "Estamos todos bien y en una fiesta de despedida".
A través del celular se escuchaban conversaciones de adultos y la algarabía de una tropa de chiquitos. Era una mezcla de voces en castellano y en portugués. Ante una pregunta específica de esta corresponsal, la mujer de 43 años que comanda el grupo, respondió: "Nos vamos hoy por la noche (por ayer domingo) o mañana de madrugada (por hoy)". No quiso aclarar ni la compañía aérea ni el destino final (las opciones que manejaba eran Panamá, Caracas y Boa Vista). Tampoco reveló si iría a partir de Río de Janeiro o de San Pablo. Apenas se limitó a decir: "Los pasajes los compró un amigo empresario brasileño que resolvió ayudarnos".
"¿Dónde viven ahora?" quiso saber Clarín. "En un departamento muy lindo que nos prestaron y que tiene un amplio ventanal con vista al mar. Esta fiesta de despedida es en la casa de los suegros de nuestros amigos". Se refería al agente de la Policía Militar José Walber dos Santos y su esposa. Ellos fueron las personas que procuraron protección para Liliana, su esposo Carlos Chávez y las tres pequeñas de 6, 5 y 2 años de edad. Las dos mayores nacieron en Perú y la más pequeña en Costa Rica.
La mujer sostuvo que nunca imaginó que se armaría "tal escándalo" y puso el foco de su ira contra el periodismo argentino: "Dijeron que nos instalamos en el aeropuerto de Río para vivir de la caridad pública. Y esto no es cierto. Nosotros vinimos con dinero y pagamos varios días de hotel. Pero cuando se nos acabó tuvimos que quedarnos en la terminal. Nosotros trabajamos toda la vida y no vivimos de la caridad pública".
Las declaraciones de Liliana contrastan con las precisiones de los consulados de Argentina en Río y en Panamá. El titular de la representación consular argentina en la capital panameña señaló que antes de salir rumbo a Buenos Aires, la familia vivía "en estado de indigencia y estaban alojados en el hogar Justicia y Paz de la iglesia local, atendidos por monjas".
Liliana confirmó que no tiene residencia legal en Panamá. Pero en diálogo con Clarín dijo que si pagaba la multa por haber permanecido en esas condiciones en el país centroamericano, "no tendremos problemas en entrar". El consulado en Río de Janeiro volvió a transmitir un mensaje: "A través de los funcionarios de Infraero (la estatal brasileña de aeropuertos) les ofrecimos pagar a ella, su marido y las tres niñas el viaje de retorno a la Argentina. En este caso, sólo podemos afrontar la repatriación" relató Dellepiane.
Fuente: "Clarín.com".